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La pandemia del covid-19 ha llegado para quedarse. La guerra en Ucrania no parece tener un claro final, la contingencia medioambiental que experimentamos desde hace décadas hace cada vez más notoria la sobreexplotación y mal manejo de los recursos, todo esto ha creado el caldo de cultivo perfecto para que la economía, el pilar de nuestra sociedad moderna, se encuentre ante una de las peores catástrofes financieras en al menos los últimos 70 años, desde la segunda guerra mundial.
Las cadenas de suministros son aquellas actividades y medios destinados a satisfacer las demandas de productos en todo el mundo y México como una parte integral de la enorme maquinaria de abasto de recursos no se queda exenta de los problemas que aquejan en otros lados del globo. Como una bola de nieve que rueda cuesta abajo, la inflación ha crecido y el Banco Mundial prevé que la tendencia continúe así hasta el 2024.
¿Qué relación tienen los problemas mundiales con la inflación y las cadenas de suministros? Como es de imaginar, la respuesta no es sencilla. La inflación se debe a causas multifactoriales, el efecto que tuvo el confinamiento por la pandemia afecta directamente la cadena cuando, por ejemplo, una fábrica China que exporta materias primas utilizadas en la producción de un compuesto fundamental en la creación de solventes hacía, digamos, la India, disminuye su producción al 50%, lo cual genera que la planta en India no satisfaga su demanda de ese material y en consecuencia no puede cumplir la demanda de México de ese solvente. El efecto dominó que se genera por no satisfacer esas demandas se refleja cuando esos productos, al ser más escasos, son más demandados por el mercado, lo cual atendiendo a las leyes de oferta y demanda hace que los precios suban pues son más escasos y por consiguiente más difícil conseguirlos a bajos precios.
En Estados Unidos, por ejemplo, la inflación se ha situado en un 7%, cifra record en los últimos 40 años, en México hemos visto este efecto dentro del rango que va del 4% al 5% y en general en Europa se sitúa este año en el 5%, siendo que se proyecta suba hasta el 7% pues los efectos de la inflación aún no se han sentido de lleno allá por los apoyos del gobierno y el uso de reservas económicas y energéticas que han estado acumulando para este tipo de emergencias.
Por otro lado, la guerra en Ucrania es un elemento que agrava la situación que ya estábamos experimentando pues es la energía el tema comercial que acompaña a la guerra. El hecho de que Rusia cierre la llave del gas y petróleo hacia Europa occidental implica que las fuentes de energía sean más costosas pues están sobredemandadas en estos momentos en el viejo continente, el efecto una vez más podemos afirmar que llega hasta México cuando, si seguimos con el ejemplo de la fábrica China, vemos el recrudecimiento que significa tener combustibles más caros, pues significa que es más costoso transportar las mercancías de un lugar a otro, ya sea por tierra, mar o aire, el efecto será el mismo para el consumidor, pagar un precio más alto a la hora de echar al carrito el solvente que necesitamos o la comida de la semana.